Ubicado en un lote de esquina con una geometría irregular, Rubicam surge como un ejercicio riguroso de síntesis arquitectónica, donde la complejidad del area se transforma en oportunidad para proponer un edificio corporativo elegante, funcional y perfectamente integrado al tejido urbano.

Este edificio desafía la geometría a través de una volumetría limpia y dinámica que responde con precisión al contexto vial y peatonal circundante. La fachada principal, articulada con grandes planos de vidrio y texturas neutras, establece una relación directa con el espacio público, invitando a la transparencia, la luz y el diálogo entre interior y exterior.

El diseño aprovecha al máximo cada metro cuadrado disponible: jardines lineales, terrazas verdes y una cubierta activa con pérgola solar conforman una arquitectura sostenible que potencia la experiencia del usuario y eleva la calidad ambiental del entorno.

Más allá de su escala, Rubicam se impondrá como un hito urbano: no por su tamaño, sino por su capacidad de convertir un lote complejo en una propuesta clara, refinada y ejemplar. Una muestra de cómo la buena arquitectura no depende del tamaño del terreno, sino de la inteligencia con la que se diseña.